Arrecifes para la resiliencia: asegurar nuestro capital natural

6 de Junio de 2018

 

La mitad de la población mundial vive a menos de 60 km de la costa, una costa que se encuentra bajo una constante y creciente amenaza. El aumento del nivel del mar, las tormentas y ciclones cada vez más probables y severos, así como el aumento de las inundaciones costeras suponen un mayor riesgo para las comunidades costeras.

Sin embargo, contamos con una poderosa herramienta para la protección innata y se trata nada menos que de la naturaleza. Hay estudios que demuestran que los sistemas naturales como los manglares, los arrecifes, las llanuras aluviales y las marismas de agua salada pueden proteger las costas, absorber la energía de las olas, reducir la erosión y favorecer la resiliencia de las comunidades costeras.

Al menos 500 millones de personas dependen de los arrecifes de coral para su alimentación, su protección costera y sus medios de vida. En el sector turístico, casi el 30 por ciento de los arrecifes del mundo son de valor, que podría llegar a un total estimado de casi 36 mil millones de dólares. Para estas comunidades vulnerables, los arrecifes de coral son literalmente la primera línea de defensa durante una tormenta grave; los arrecifes sanos reducen la energía de las olas hasta un 97 por ciento.

Ahora bien, este mecanismo crucial de defensa y recurso para los medios de vida directos e indirectos se encuentra bajo una gran presión, y sus son resultados críticos. Los huracanes son una fuente que provoca grandes daños en los arrecifes de coral y la pérdida del primer metro de arrecifes sanos puede duplicar las pérdidas financieras terrestres.

Asimismo, se desencadenan efectos económicos. Los daños reducen las visitas turísticas a los arrecifes, afectan empleos del sector turístico, aumentan la erosión de las playas y disminuyen la capacidad financiera para proteger la costa.

El daño puede reducirse a través de acciones inmediatas de limpieza y restauración después de las tormentas, pero ello requiere dinero, en un momento en el que surgen otras importantes demandas de recursos.

Esta es una labor de seguros contra riesgos. Una dedicada solución de seguros para cubrir el costo de la restauración del arrecife es un paso esencial si se quiere restablecer todo el valor de protección del arrecife.

El mundo está ahora un paso más cerca de desarrollar la primera póliza de seguro para un arrecife de coral, gracias a la creación de un fondo fiduciario que acaba de anunciar el gobernador del estado de Quintana Roo en México.

El turismo a lo largo de la costa caribeña mexicana asciende a un valor de 9 mil millones de dólares, con más de 300 hoteles que ofrecen más de 100.000 habitaciones. La erosión de las playas es un problema cada vez mayor para la industria del turismo y su mantenimiento es muy costoso.

Los arrecifes de coral que protegen la costa del Caribe mexicano se han degradado por diversos factores como la contaminación, las enfermedades, la sobrepesca, aunado a las tormentas y los huracanes. Las tormentas previas han ocasionado el cierre de hoteles y negocios por largos períodos, lo que afecta a los ingresos y a los empleos hasta que las instalaciones puedan ser reparadas y reabiertas.

Arrecifes para la resiliencia: asegurar nuestro capital natural

Alrededor del 30 por ciento de los arrecifes del mundo tienen valor en el sector turismo, con un valor total estimado en casi US$ 36 mil millones. Foto: J.Delance / PNUD

 

Retribuciones por huracanes

El nuevo fondo, Fideicomiso de Manejo de la Zona Costera, fue diseñado en alianza con The Nature Conservancy y será financiado por los gobiernos municipales y la industria turística de la costa caribeña mexicana. Esta será una nueva fuente de financiación orientada a proyectos de mantenimiento para la protección de los arrecifes antes y después de marejadas ciclónicas.

Un elemento clave de la estrategia financiera será comprar un seguro de arrecife de coral para la protección del arrecife que a su vez protege la playa y añade valor a las empresas y comunidades. Una vez establecido, el seguro supondrá una retribuición si la póliza es activada por un huracán mayor, proporcionando fondos para reconstruir y regenerar el arrecife, y así protegerlo en el futuro.

Los beneficios y beneficiarios de este innovador mecanismo de seguro contra el riesgo climático son múltiples. La comunidad local se ve beneficiada pues la preservación de los arrecifes permite que la industria hotelera y el ecoturismo prosperen y, con ello, los servicios, ingresos y empleos de los que dependen.

Los propietarios de hoteles se ven beneficiados al disminuir la erosión de las playas y reducirse el riesgo de ingresos y activos, protegiendo así una industria turística que equivale a 9 mil millones de dólares.

El gobierno se ve beneficiado gracias al aumento de la resiliencia costera, lo que conlleva menos costos por la pérdida de infraestructura y más industrias costeras resilientes.

La conservación se ve beneficiada, ya que los mecanismos sostenibles de financiación para el mantenimiento y la restauración dan como resultado la preservación de un valioso sistema natural. Además, la industria de los seguros, que finalmente es reconocida como una herramienta crítica para el desarrollo sostenible, puede verse beneficiada a través de la creación de un nuevo mercado a la vez que aumenta su resiliencia.

Sin embargo, esto solo se trata de una costa, en un país. Más de 150.000 km de costa en 100 países y territorios están protegidos por arrecifes, y la mayoría corren riesgos contra el clima. La ampliación del concepto que se está implementando en Quintana Roo tiene el potencial de mantener, o mejorar, la protección de millones de personas.

El PNUD y The Nature Conservancy están colaborando para evaluar lo que se necesita, mucho más allá de este primer ejemplo crítico. La siguiente tarea es determinar cómo crear mercados similares para los productos de seguros orientados a la naturaleza en otros países.

Estamos explorando conjuntamente la manera de aumentar los recursos para proteger 500 km de costa de riesgo crítico en varios países. De tener éxito, se protegerá la vida de 10 millones de personas y más de US$ 100.000 millones en activos.

Podría considerarse una tarea ambiciosa, pero a medida que nuestro clima sigue cambiando, resuta una tarea fundamental.

Sobre los autores

Jan Kellett es asesor especial para la participación externa en el equipo de Clima, Desastres y Energía del PNUD. Síguelo en Twitter: @JanKellett

Mark Way es Director de Global Coastal Risk & Resilience for The Nature Conservancy, que se enfoca en la resiliencia basada en la naturaleza para las comunidades y economías costeras. Síguelo en Twitter: @markdway

Este artículo fue publicado originalmente por la Fundación Thomson Reuters y Zilient.